¡VEN A CONOCERNOS!
Nuestro albergue mezcla la piedra y la madera en un ambiente rústico. Contamos con instalaciones adaptadas a las necesidades de todos nuestros peregrinos con habitaciones compartidas y privadas.
¡BUEN CAMINO!
Nuestro albergue está ubicado en una encantadora casa gallega, rebosante de historia y tradición. Ha sido cuidadosamente restaurada para preservar su arquitectura original y esa esencia única que la hace tan especial.
El albergue ocupa la planta baja, una construcción de piedra con un encanto rústico que enamora. El patio central, corazón de la casa, es un remanso de paz que invita al descanso y la desconexión, perfecto para recargar energías.
Disponemos de siete habitaciones, privadas y compartidas, diseñadas para ofrecer comodidad y un descanso reparador, ya sea para quienes recorren el Camino de Santiago o para quienes buscan un lugar tranquilo donde relajarse.
Uno de los espacios más singulares es el salón comedor, excavado en la roca, que en su día fue una bodega donde los abuelos de Marisa elaboraban vino y licores. En el aire casi se puede oler el aroma del alambique. Este rincón combina tradición y calidez, con grandes vigas de madera y una atmósfera acogedora. En verano, su frescura es un alivio, y en invierno, la estufa crea un refugio perfecto para relajarse tras una larga jornada de camino.
El patio, con áreas soleadas y sombreadas, es un rincón apacible, apartado del bullicio, ideal para desconectar y disfrutar de la tranquilidad.
¡OS ESPERAMOS!
El Albergue San Lázaro de Sarria abrió sus puertas en julio de 2010, con el propósito de devolverle vida a la casa donde nació y creció Marisa, su antigua propietaria. Marisa es un pilar de este lugar, y muchos peregrinos que la conocieron guardan un cariño especial por ella. Si deseas saludarla a tu paso por Sarria, estará encantada de recibirte.
La historia de esta casa se remonta a principios del siglo XX, cuando los abuelos de Marisa, tras emigrar a Cuba en busca de un futuro mejor, regresaron a su amada Sarria y construyeron este hogar alrededor de 1920. Desde entonces, la casa ha sido testigo de generaciones, de historias y vivencias.
Entre 2010 y 2019, Marisa y su hija María regentaron el albergue con amor y dedicación, ofreciendo un refugio cálido y acogedor a miles de peregrinos de todo el mundo. He visto personalmente cómo muchos de ellos regresaban, incluso años después, para revivir los buenos momentos vividos aquí a hospedarse, agradecidos por la hospitalidad que recibieron.
Mi nombre es Mónica, y tengo el honor de continuar este hermoso legado con todo el cariño y respeto. Llegué a Sarria en 2021 con la ilusión de trabajar junto a peregrinos, y fue entonces cuando conocí a María y, poco después, a Marisa, con quien colaboré durante dos temporadas. Hoy tengo la suerte de ser parte de esta historia, trabajando en lo que considero "el mejor trabajo del mundo": cuidar y guiar a quienes recorren el Camino.
En nuestro albergue, tu descanso es nuestra prioridad. Queremos asegurarnos de que cada visitante encuentre aquí todo lo que necesita para recuperar energías y seguir adelante con su travesía. También ofrecemos orientación a quienes comienzan su peregrinaje en Sarria, para que su experiencia sea cómoda, segura y enriquecedora.
El espíritu del Camino de Santiago inspira cada detalle de nuestro trabajo. Queremos que tu estancia en nuestro albergue sea mucho más que una pausa: un momento de conexión, tranquilidad y calidez.
¡Bienvenidos a nuestro/mi/ hogar, vuestro refugio en el Camino!